Presentación del libro La mirada femenina desde la diversidad cultural. Voces del destierro, Tomo III
de la investigación “La mirada femenina desde la diversidad
cultural”
Compilado por Laura Febres
Presentación de Ana María Velázquez
Librería Alejandría 2, Paseo Las Mercedes, Caracas,
26 de sep 2015
Quizás
fue sólo el llamado a la aventura lo que nos reunió una tarde del año 2007 en
la pequeña sala de profesor@s del Departamento de Humanidades de la Unimet. Me
había convocado la doctora Laura Febres para formar un grupo de investigación
“La mirada femenina desde la diversidad cultural”, un tema novedoso, marginal, extraño y
excéntrico, en ese momento, como era la novela escrita en las últimas décadas
del siglo XX por mujeres Latinoamericanas en el exilio.
Cuando
llegué, conocí un grupo de profesoras que ya venía trabajando desde el 2006.
Pronto me embarqué con ellas en amistades significativas y en el trabajo que
había que llevar a cabo para introducir el proyecto ante las debidas instancias
universitarias. Pensé que aquél trabajo me consumiría un tiempo precioso del
que no disponía y que sería largo y tedioso, pero más pudo la curiosidad y mi
pasión por el estudio que la expectativa negativa.
Lejos
estaba yo de pensar que pronto caería bajo el hechizo de esta investigación
académica distinta. Aquí no había presiones. La propuesta era libre y
multidisciplinar. Las que estudiamos Literatura podíamos enfocar la
investigación desde el hecho literario en sí, las que venían de la Historia
podían indagar en ella y así cada una podía investigar desde su propia área del
conocimiento, muchas veces, superponiendo unas con otras y comparándolas. El
proceso implicaba entonces aprender unas de otras. Pero sobre todo la propuesta
estaba llena de misterios por descubrir en lo que aquellas mujeres escritoras,
ajenas al canon literario clásico, tenían que decir. A mí me atrapó ese
misterio. Encontré que investigar es encontrar la vida secreta de las palabras.
Al tiempo
se nos unieron prof@s de otras universidades, de otros centros de estudio, nos
dieron sus ensayos y publicamos un primer tomo en 2008. Y así proseguimos innovando,
convocando más voluntades y ampliando la investigación de novela a cuentos y
poemarios hasta producir un segundo tomo en 2010.
Hoy
presentamos este tercer tomo: Voces del Destierro. Aún más investigadoras se han sumado al
proyecto. Para este libro se analizaron 16 textos para un total de 50 textos
estudiados en tres tomos. Además ya tenemos un Blog que sirve para consulta de otr@s
investigador@s, blog creado gracias al aporte de una de mis mejores estudiantes Frida
Galindo.
Entre las
investigadas en este tomo tenemos escritoras con gran proyección internacional,
como son la argentina Griselda Gambaro, Perla Suez y la uruguaya Cristina Peri
Rossi junto con escritoras venezolanas que nos abrimos paso en nuestro país y
con nóveles escritoras que por primera vez muestran su obra.
Vaya mi
agradecimiento, en nombre de todas, al arquitecto Guillermo Ayala, colaborador
permanente de este proyecto, por tan
cuidado trabajo en la diagramación y portada del libro. Igualmente vaya al
profesor Lyecer Katán, director del Dpto de Investigaciones, pilar de apoyo
fundamental de esta investigación, y al
profesor Alfredo Rodríguez del Dpto de Publicaciones, ambos de la Unimet.
La
escritura femenina es un espacio de libertad. Las mujeres escribimos desde la
propia experiencia y desde un saber femenino ancestral y en clave distinta a la
del varón. Es mentira que el patriarcado
haya oprimido ese deseo de libertad y que la escritura femenina sea hoy, en vez
de un hecho creativo, un acto de empoderamiento propio de la modernidad. No. La
mujer nunca ha dejado de tener sus propios espacios de expresión y de búsqueda
y no es ni ha sido el varón desde el poder tradicional el que se los ha
concedido. Lo demostraron Hipatia de
Alejandría, Cristinne de Pizán, Sor Juana Inés de la Cruz, Hildegarda Von Bingen, Hadewijch de Amberes, Virginia Woolf , María
Zambrano, y muchas otras que aunque sintieron la mano dura del patriarcado no
dejaron de escribir, excepto Sor Juana que fue obligada a abjurar de su
escritura ante un tribunal eclesiástico e Hipatia, que fue despellejada viva
por órdenes de otro de estos nefastos tribunales.
Todas
ellas comprendieron que la escritora tiene la tarea de expresar sus verdades
con sus propias palabras. No debe esperar mucho más de ese íntimo acto de
creación sino el de ser ella misma y encontrar en su arte verdad y sabiduría.
Si su libro se publica o no, si es leído o no, ya no le incumbe. Los libros
siguen su propio camino y llegan a quien tienen que llegar. Al hablar desde su
experiencia personal, la autora organiza su propio mundo interior y encuentra
sentido a algún aspecto de la existencia. A la vez, las propuestas de las
mujeres, al no pertenecer al orden patriarcalista, representado por lo
institucional, son subversivas. La mujer artista subvierte lo institucional y posa
su mirada en un lugar otro de enunciación y, por tanto, hace rupturas y
aportes importantes. Por eso hoy celebro
el aporte de todas las investigadoras que hemos creído en la innovación de
traer todas estas mujeres escritoras a la academia y darles su espacio dentro
de los estudios literarios con una crítica distinta, una crítica que parte de
nuestra “mirada femenina” sobre la creación femenina.
Debo
decir que hoy mi alegría es doble ya que aparezco en este libro como investigadora y a la vez como analizanda.
Simplemente diré que estoy muy contenta de que mi pequeño poemario Cadaqués, palacio de viento haya sido
analizado gracias al interés de la poeta Astrid Lander.
Este
poemario fue escrito en Cataluña, la tierra de Salvador Dalí. Lander se detuvo
en el lenguaje donde aparece a ratos el bilingüismo en la palabra como origen
de “la razón poética” y al respecto afirmó: “Se trata de analizar lo que se
traslada del idioma al estado independiente de las lenguas, a lo
indecible…(…)…a la pluralidad de contar en un idioma lo que le sucede en el
otro”. Mi agradecimiento a la poeta por este precioso trabajo.
Por su
parte, Isabel González encontró en su investigación sobre Marala , de Isabel Fonseca, un viaje a la frontera colombo
venezolana en la Goajira, que: “La exploración del mundo consiste en una acción
individual parecida a la vida misma”.
Las
profesoras María Elena Del Valle, Unimet y Nancy Elena Mejías de Del Valle
plantearon su investigación del modelo narrativo desde la estructura teórica
planteada por Gérard Gennette y la aplicaron a la novela Perlas falsas, de Mónica Montañéz encontrando muchos aspectos
importantes.
Blanca
Arbeláez encontró una ficción dentro de otra y propuso la metaficción como base
de su trabajo sobre la novela de la mexicana Mariés Ayala, El secreto de la casa del Cairo, la historia de un viaje de una
mujer Latinoamericana a Egipto.
Por su
parte, las profesoras unimetanas, Tatiana Enache y Rosa Dorribo, abordaron el
tema de la memoria en el libro de cuentos de la escritora rumano venezolana
Klara Ostfeld Bajo la sombra. Una
memoria que se desdobla en dos aspectos fundamentales de la existencia: el bien
y el mal. A la vez, una memoria que aludía a la propia historia personal de la
escritora en la Segunda Guerra Mundial y a la de la profesora Enache quien es
también nacida en Rumanía, quizás también a la de la profesora Dorribo, hija de
inmigrantes europeos.
La
profesora Beatriz Rodríguez se centró en los rasgos de narcisismo social
encontrados en la novela de Mariana Libertad Deambulando hacia la lumbre y en la búsqueda de identidad del
migrante como equivalente a lo que ella denominó una “romería”, es decir, una
búsqueda constante.
La
profesora Helene Zaragoza encontró la necesidad de volar en libertad que
distingue al hecho migratorio voluntario en su bello ensayo “Las palomas
emprenden el vuelo”, sobre la novela del mismo nombre, escrita en alemán, de
Melinda Nadj Abonji, una escritora serbia húngara que migró a Suiza.
Por su
parte Laura Febres se centra en el diálogo epistolar y en la casa, como motivos
relacionales principales, entre Madame de Savoye y Le Corbusier, el arquitecto
de su mansión francesa, mientras la guerra destruía todo a su paso, en la
novela de la escritora judío venezolana Jaquelinne Goldberg, Las horas claras
Adaías
Charmell encuentra que en la construcción estética femenina se busca un sentido
al dolor existencial en las novelas: Una
mujer en la guerra de España, de la española Carlota O´Neill, El Arresto, de la argentina Perla Suez,
y Zagreb, una historia una familia de
la escritora yugoeslava criada en Croacia y migrante a Mérida, Ana Sheuren de
Gil.
El mar que nos trajo, de la escritora bonarense,
Griselda Gambaro, le permite a la profesora María Dolores Peña invertir el
punto de vista y encontrar la resistencia a la nostalgia durante el exilio,
afirmando “que los apremios de la vida diaria no dan espacio para el recuerdo”.
Tarcila
Briceño encontró en Cuando nos mudamos a
Caracas que existe “un espacio matriz” que otorgará siempre a la viajera
una “identidad primigenia”.
Natividad
Barroso encuentra en Inna al aire, un
texto escrito por ella misma, que: “Cuando las circunstancias obligan a
abandonar el lugar donde hemos nacido…(…)…se puede decir que sufrimos un
verdadero cataclismo”.
La
profesora Haydeé Vilchez explica en su ensayo “Destino el sur” cómo fue el
hecho migratorio de las mujeres japonesas a Perú y los roles que cumplieron
dentro de sus familias.
Por otra
parte, Ana María Velázquez, encontró que el exilio político se convierte en un
“mal viaje”, un viaje donde no se va a buscar una mejora en la calidad de vida
sino a aferrarse a la supervivencia y a afrontar el extravío en La nave de los locos, de la escritora
uruguaya-española, Cristina Peri Rossi
Ahora
llegó ahora el momento de dar gracias en nombre de todas las investigadoras a
la profesora Laura Febres. Gracias por su tesón, por su preocupación por cada
una de nosotras, por habernos incluido en este maravilloso grupo, por compartir
un tema que partió de ella y de su búsqueda intelectual particular y que nos
llevó a muchas a trasegar los intrincados, pero fructíferos caminos de la
investigación literaria. Muchas gracias, querida profesora.